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Extracto:
[...]A este principio se debe que la corporación que tengo el honor de presidir, deje concluida la costosa obra de la plaza principal de esta ciudad, sin que a la dedicación que demando distrajera la atención de este cuerpo hacia los otros objetos que debía llenar. Sus empleados subalternos han percibido puntualmente sus sueldos, la multitud de criminales detenidos en la cárcel han sido socorridos con la preferencia que exige su miserable condición. Pozo continuó diciendo que: Se ha aumentado el alumbrado y sus guardas están bien asistidos, se repusieron varias cañerías, cuya medida surtió del agua necesaria a todas las fuentes públicas, el empedrado de diversas calles se mejoró notoriamente, se ha ministrado la vacuna con oportunidad, no obstante las dificultades que se presentaron a cada paso y se cuidó de acopiar la cantidad posible de semillas, aun en ocasión de hallarse exhaustos los fondos municipales. Pozo siguió diciendo que: Estos son los trabajos emprendidos por la corporación a cuya gratitud es muy acreedor el señor Tesorero José Manuel González que hizo diversos suplementos pecuniarios para auxiliarla en sus más urgente gastos, sin omitir otros servicios personales dignos de su imitación.
Si en el año que ha concluido no disfrutó el vecindario de todos los bienes Que le deseaba su ayuntamiento, este libra fundamentalmente sus esperanzas en los dignos capitulares que le suceden.
Alocución de Don Joaquín Jiménez, nuevo alcalde.
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Por otra parte, yo desconfío muy mucho de nuestras fuerzas para dar el debido cumplimiento a los diversos objetos que comprende la policía. Ésta, como asienta Macarel en su curso de derecho público, tiene la inspección de cuanto tiene referencia a la seguridad, tranquilidad, buen orden y comodidad pública y abraza el culto, las costumbres, la salubridad, las subsistencias, los caminos, los sirvientes, los jornaleros, los pueblos, los rastros, los festejos públicos, los presos, etc.- Cuando la policía se hace con puntualidad, continua, tranquiliza a los buenos ciudadanos contra los robos y asesinatos y al estado mismo contra los tumultos y conspiraciones. Cuando está descuidado, no se ve más que desaseo, desorden, escándalos, estorbos, hurtos, homicidios, carestía y sediciones. Mas sin ocurrir a un autor francés, la ley del 20 de marzo de 1837 y las subsecuentes sobre atribuciones de los cuerpos municipales, nos dan bastante idea del enorme peso de nuestras obligaciones....-
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