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Extracto:
El señor Robles dijo que: estimulado de los clamores del público de que los del Barrio del Carmen no tenían agua para su uso por estar seca la fuente que mantiene el convento en sus tapias, dio cuenta al prior y le hizo ver que era tan poca la que tenía de cañería que no alcanzaba, ya ni para el uso del convento, que por conducto del tesorero fue facultado por el padre para reconocer la cañería y encontró en efecto que la mayor parte del agua la estaban defraudando al convento, que este estaba en la mejor disposición para dar toda cuanta agua sea necesaria al público con tal de que este ayuntamiento lo patrocine y cuide de que no se abuse de ella por los particulares y que ha tomado todas las providencias que le han parecido convenientes para evitar los perjuicios previniéndoles las multas en las que incurrieran los infractores. Y después de discutida la proposición, los capitulares recordaron que: se cometieron otros abusos que se comentan en las alcantarillas y cañerías de la ciudad. Pero, en consideración al beneficio que resulta a los vecinos con la fuente del Carmen, y tal vez el que podrá resultarle de otras fuentes, que puedan situarse con la misma agua del Carmen, se acordó que: el que al convento se le proteja, auxilie y cuide de su cañería por la Comisión de policía, como lo hace con la de la ciudad, quedando facultada para imponer y exigir las multas a los que abusaren del agua sin consentimiento del convento lo que podrá comunicar el señor Robles al Tesorero como encargo del Muy Reverendo Padre Prior.
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