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Extracto:
Discusión sobre el ocurso del síndico primero, José María González Arratia sobre el desasolve de la atarjea que pasa por la casa no 5 de la calle de la Independencia frente del Callejón de las Navarretas. Tanto el síndico como el presidente se retiraron para dejar en libertad a los capitulares para su deliberación. Se aprobaron las propuestas que González hizo al ayuntamiento Pero, los capitulares dijeron que: para eximir al fondo público de gravamen a que está constituido, se han valido de manifestarlo a los dueños de las casas del callejón de las que depende el desasolve, para que cooperaran en alguna parte al gasto, lo que no tuvo efecto por haberse negado a ello. Los capitulares mencionaron que: González Arratia, para precaver la ruina que amenazaba la casa, hizo fuera reconocida la obra por un perito, el que expuso que: era muy urgente poner en ejecución el desasolve, en cuya atención procedió a ella con la economía posible. El señor Suárez dijo que: las casas de los individuos que han causado el ensolve de la atarjea eran a quien debió habérseles estrechado al desasolve. El señor Andongeui dijo que: los ayuntamientos no están facultados a poder hacer gastos a su arbitrio de los fondos municipales, sino es de la ratera cantidad de once pesos y que como que las casas por tener sus derrames subterráneos, a estos toca el hacer la limpia, y si lo resistieren la autoridad podrá estrecharlos. Los vecinos se negaron a pagar, en vista de no permitir demora se hubo de hacer por cuenta del fondo, cuyo costo fue de diez pesos y tomines.
El señor González Arratia expuso que: hallándose el callejón de las Navarretas intransitable por los comunes y caños de los derrames de las casas de la calle del Maíz, promovió don Ignacio Torres Cano, en el año de 1830, el que para remediar este daño y el de la insalubridad de tales inmundicias, se formase una atarjea subalterna, pero encontrando obstáculos insuperables para dirigir los derrames, fue invitado a que diera el pase por la casa que está a su cargo del número . Advirtiendo las dificultades que se le presentaban para dirigir la cañería por el callejón de la Aduana Vieja, tuvo que convenir, por una mera gracia, con las condiciones que propuso. La segunda proposición fue que: todas las veces que se percibiera ensolvadura en dicha atarjea, haría la limpieza de cuenta de los fondos municipales o de los vecinos que cooperen a esta obra. por el bien que les resulta, ha hecho oportunamente la gestión en concepto de que los dueños de casas con caños a la atarjea en aquel tiempo cooperaron para la formación de esta por una vez, siendo el resto del fondo público, y que en su concepto no podía estrechárseles a que volvieran a cooperar a no ser que voluntariamente se quisiesen prestar a ello. En tal concepto de que es obra de cañería y de la cortedad de su costo hubo de aprobarse este gasto.
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