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Extracto:
Don Justo Valdés dijo que: respecto de la obra a su cargo, del puente de la plaza nacional y empedrado del puente de San Nicolás, con el objeto de conservarla limpia y que sus aguas las tomase el público sin las suciedades de jabonaduras y otras que ha tenido, como la costumbre de que muchos militares imprudentes han causado con estar dando agua lavando y bañando sus bestias, sin que las admoniciones y reclamos lo remediaran, a ejemplo de los militares los paisanos también utilizaban las aguas con el mismo fin. Valdés siguió diciendo que: el lavadero tan benéfico a las lavanderas se hallaba ya sin las corrientes de agua y, por lo consiguiente, estaba ya sin uso, y arruinándose su cubierta por varias goteras que tenían que taparse echar la puerta que estaba rota y sin cerradura en donde se cometían maldades, que las aguas vertidas con tan fuerte continuación, tenían su piso fatal, su empedrado arruinado, la calle que no lo tenía estaba en el peor estado y especialmente que: el arco del puente con el tránsito de carruajes y bestias, se iba gastando y se iba a desplomar, cuya reedificación era de mucho costo, se reparó con la cooperación del ayuntamiento y del licenciado Asorrey y Antonio Barbabosa.
Acuerdo: que se le diese a Valdés el sobrante de la jura y del ramo del fiel contraste y de multas cobradas para ayudarlo en las obras a su cargo.
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