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Extracto:
Oficio de la prefectura refiriendo que: por enterar al señor José Guadalupe Delgado en la Iglesia del Beaterio, se le exigió multa al reverendo padre guardián, quien se disculpó diciendo que: el ayuntamiento no ha fabricado aun un cementerio fuera del poblado. Otro oficio de la prefectura, pidiendo al ayuntamiento que: se vea lo necesario para concluir el cementerio, conforme se establece en la ley y se informe al padre guardián, se abstenga de enterrar en sitios no designados por el ayuntamiento. El ayuntamiento contestó el oficio de la prefectura, diciendo que: si no se ha concluido el cementerio de Santa Bárbara, es porque sus fondos no se lo han permitido. Pero aun así, estaban el Campo Santo de San Bernardino, San Diego y Santa Clara, por lo que no queda duda de que los reverendos padres guardianes han sido siempre infractores de la ley. El síndico primero manifestó que: era importante concluir el cementerio, pues la ley lo exige y la policía está interesada en la salubridad de los habitantes, ya que enterrándose los cadáveres en las iglesias, se han estado contagiando y muerto los que se hincan en los sepulcros, por haber recibido las miasmas pútridas que despiden. Además, la iglesia está destinada a la reunión de los fieles que quieran orar. El síndico primero también pidió que: se le contestara al padre guardián, con referencia al oficio de la prefectura, que se abstuviera de enterrar personas en los sitios no indicados. El síndico dijo también que: para la fabricación del cementerio, se tomaron algunos terrenos de particulares y aun se les debe su importe, por lo que han reclamado constantemente y por ello sería conveniente formar una comisión que a tienda el asunto, para que se concluya el cementerio, sería de gran ayuda utilizar a los presos destinados a obras públicas para acarrear el material. El señor Azoñoz informó que: la construcción del cementerio estaba avanzada, pero la obra se detuvo por falta de dinero y porque se habían llevado algo de piedra.
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