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Extracto:
El señor Castrejón haciendo uso de la palabra manifestó que: en el público corría la voz de que el pus que se ministraba en la sala capitular se hallaba desvirtuado y no producía los saludables efectos que debían procurarse por el ayuntamiento en la actual epidemia de viruelas y que pudiendo esta noticia llegar al Superior Gobierno y dar lugar a algún extrañamiento o a cualquier otra providencia, lo hacía constar en el presente cabildo para que se remediara el mal, si es que existía, o que se desimpresionara al público por medio de avisos si había un convencimiento de lo contrario. El Señor Estévez dijo que: habiéndole sido impartido el pus a sus niños así como a los de Don Ruperto Medina y produciéndoles los mejores efectos, estaba persuadido de que las especies vertidas en el público carecían de verdad y podían proceder muy bien de animosidad contra el practicante que lo ministraba por cuya causa juzgaba conveniente que el día de mañana concurriese un facultativo al acto de la vacuna par que calificando el pus, por medio de los granos que viera, certifique lo conducente y pudiesen fijarse los rotulones con la certeza que el caso exige. El presidente adoptando la idea producida por el señor Estévez, ordenó que asista igualmente la comisión encargada de este ramo para que presenciando la calificación que se haga autorice el acto.
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