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Extracto:
El tesorero dijo que: a la tesorería entraron 17 pesos, dos reales por las licencias para juegos permitidos por el prefecto en la función del Carmen. Que el prefecto había dado también licencia para la carne de oveja, no obstante que el ayuntamiento lo había prohibido. El ayuntamiento quería mandar un extrañamiento al prefecto. Que en cuanto a los juegos, había una ley que daba responsabilidad al ayuntamiento, que había una censura contra él en el no. 1 del Federal Republicano, donde se criticaba al ayuntamiento, respecto a la otra licencia el prefecto, El señor Hernández dijo que: es la autoridad, y puede conceder licencia para las diversiones, pero según las Ordenanzas Municipales, aunque dé la licencia debe avistar al ayuntamiento para que este designe la cuota municipal que debe pagarse por la licencia. El señor Martínez de Castro dijo que: su señoría había permitido licencia para la venta de carne de oveja, no sabía que existía acuerdo para su prohibición pro no haber asistido al cabildo y si estaba al alcance de que se había permitido por mucho tiempo la venta sin más circunstancia que la que se expendiese en la placita del mercado diario, requisito que previno al concederla, sin que dejara de tener presente que al proceder así hacía un bien al público impidiendo, por esta causa, que se expendiese aquella carne en los tajones y por mitades en la calle, suspendiendo la de carnero, cuyo fraude se ejecutaba por la absoluta prohibición de su venta, que el prefecto es el presidente nato de la corporación, ni se excedió en sus facultades al cometer al que habla la de dar semejante licencia. El presidente dijo que: supuesto el regidor Martínez de Castro dijo haber tenido licencia del prefecto para las diversiones quien procuró el bien del fondo municipal, tuvo buena fe como el cabildo para alzar el extrañamiento hecho a este señor.
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