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Extracto:
El presidente dijo que: estuvieron en su casa varios jefes de los de las tropas que ocupan esta ciudad, con el fin de manifestarle que: en los corrales donde existían alojados los carros que últimamente se trasladaron de la Alameda, se nota una total escasez de agua potable pues si bien se hallan dos pozos, no es su agua la que puedan destinar a aquel uso, ni es la que verdaderamente necesitan; que por ello solicitaban del que habla introdujese el agua necesaria a los expresados corrales, tomándola de la cañería que pasa junto a ellos y es inmediata a la finca nombrada el Beaterio. El presidente dijo que: pulsaba en su solicitud dos dificultades, la primera que dicha agua era poco y de consiguiente haría falta al consumo público, y la segunda que el ayuntamiento no estaba en disposición de erogar los gastos que demandaba el acueducto que naturalmente debería servir a su conducción, haciéndose sentir una muy notable falta en los fondos municipales, particularmente desde que la ciudad fue ocupada. Ellos replicaron que: sus ingenieros tenían practicado un reconocimiento y saben que el agua es muy sobrada para voltear una rueda de molino y se conformarían con que sólo se les diese la cuarta parte y con respecto del gasto que consultarían dentro de dos si podían hacerlo de su cuenta, entendidos, por ahora, que es muy poco lo que debía importar. El que habla concluyó manifestándoles que: también aprovechaba dichos dos días para ponerlo en conocimiento del ayuntamiento y acordará lo conveniente en el particular. Advertido de ello el prefecto convino en que: se les diese el agua, puesto que de negarla sólo se conseguiría ponerlos en el caso de tomar por fuerza lo que se les negaría de justicia. El síndico primero dijo que: supuesto el reconocimiento que sobre la cantidad de agua se dice han practicado los solicitantes y supuesto también que de grado o por fuerza se les ha de dar la que solicitan, está porque se les conceda, previa tres calidades:
1.- Que la tomen y usen sin perjuicio del vecindario, que de ella misma se surte.
2.- Que los costos de su conducción sean enteramente por cuenta de los interesados y
3.- Que obrando en ello por pura necesidad nunca se crea que tal concesión legitima o da un derecho sobre dicha agua al dueño del local donde se conduce o hayan establecido los carros. El presidente dijo que: [los norteamericanos están instalados] en un corral perteneciente a don Rafael Lechuga, contra esquina al Beaterio y el síndico añadió que también se habían tomado abriendo un potrillo otro corral propio del señor Moreno.
Proposiciones:
1.- Se concede a los americanos el agua que pretenden introducir a los corrales inmediatos al Beaterio, donde existen alojados los carros, con calidad de que el pueblo no se perjudique, los costos de conducción sean todos por su cuenta y el
dueño del lugar no adquiera ningún derecho sobre dicha agua concedida por la necesidad y el convencimiento de que si se negara sería tomada por la fuerza.
2.- Se pedirá a los mismos agraciados fabriquen una fuente en un lugar público e inmediato a dichos corrales, de la que partirá el agua para éstos, sirviendo a la vez para el uso común, y si lo resistiesen se estará solo a lo prevenido en la proposición anterior.
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