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Extracto:
El señor Licea preguntó: si el gobierno del estado había resuelto la consulta que se le hizo sobre cumplimiento de la ley de seis de mayo del año anterior, y contestando la secretaría que no, pidió su señoría y el presidente acordó, se hiciese un recuerdo comedido, pidiendo al gobernador la resolución de que se trata. El secretario dijo que: por algunas indicaciones que le había hecho el escribiente del juzgado primero constitucional, don Juan de Dios Ortega ha entendido que: el registro de hipotecas que ahora ese a su cargo y del que se recibió al hacerlo de su secretaría, cree el expresado señor que: toca dicho juzgado o por lo menos que sus emolumentos deben percibirse por él, suplicó al ayuntamiento acordase una providencia que dejase resuelta esa pretensión y recayese particularmente sobre si aquel registro debe pasarse al juzgado primero o queda en poder del que habla. El presidente dijo que: el cuidado del registro de hipotecas es sumamente delicado y aun por ese siempre ha estado a la responsabilidad de personas que tengan algún carácter público y a escribanos y ya en poder de los mismos ayuntamientos, sería, por lo consiguiente, un absurdo el dejar el expresado registro en poder de una persona de funciones accidentales, como lo es el escribiente en su juzgado, amovible a cada año o dentro de él a voluntad del mismo alcalde y expuesto a un mal manejo, pues si bien hoy estaría en manos de un dependiente honrado no podría suceder lo mismo con los que le sucedieran. Concluyó su señoría con que por motivo ninguno debía salir el repetido registro del poder y responsabilidad del secretario.
Acuerdo: El registro de hipoteca queda a cargo del secretario del ayuntamiento.
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