|
Extracto:
El señor Licea dijo que: el Cuartel Maestre de las tropas americanas, que ocuparon el hospital de San Juan de Dios de esta ciudad, se presentó a su Señoría para manifestarle que: había recibido un extrañamiento y tenido que sentir del General en Jefe de dichas fuerzas, a como consecuencia de una queja que este ilustre ayuntamiento elevó a dicho general, sobre varios excesos que se imputan a la tropa que ocupó el citado establecimiento: El cuartel maestre también dijo que: ofendido de tal proceder, en que se faltó a la verdad, pues la conducta de las tropas había sido irreprochable y del todo sujeta a la disciplina militar, y ofendido particularmente por los reclamos de su jefe como inmediato responsable de aquellas tropas, estaba en el caso de vindicarse y proceder en el asunto, a cuyo fin pidió del que habla como facultativo, encargado del hospital, un certificado en que constase la verdad de los hechos, y por lo mismo la inexactitud del informe a que se refiere; que su Señoría se había inclinado a dárselo, porque con efecto no notó que las respectivas tropas cometiesen exceso alguno, pero también se había resuelto a no hacerlo hasta dar conocimiento de ello a este ilustre cuerpo y obrar conforme a sus resoluciones. El presidente dijo que: nada debía temer el señor Licea, ni tampoco el ayuntamiento de los sucesos con que acababa de dar cuenta el primero, porque por fortuna el asunto de que se trata lleva el carácter que su señoría ha procurado para todos los que desempeña, es decir, el de la seguridad, basadas en la meditación y el detenimiento. La queja de que trata el señor cuartel maestre es la misma que elevó al que habla el señor vicepresidente de la Junta Directiva del Hospital en su nota del 19 que rige, de la que se transcribió la parte conducente al general en jefe de las fuerzas que ocupan esta ciudad. El presidente siguió diciendo que: esto, pues, libraría de toda responsabilidad al Ilustre Ayuntamiento, sobre la exactitud de los hechos a que se refiere, sin temer por otra parte el que esos hechos sean falsos, pues su señoría había presenciado una parte de ellos, tal fue la pasada de las camas al trasladarse las tropas de dicho hospital al convento de San Francisco, donde actualmente se hallan. El señor Licea no tenía conocimiento de ello, pero una vez advertido nunca dará el certificado que se le pide. El señor Parada dijo que: la Alameda está sufriendo grandes daños de los carreteros y tropa que la ocupa, que esto era materia de un reclamo y su señoría estaba porque desde luego se hiciese antes de dar lugar a la ruina completa de aquel paseo. El presidente: que en obvio del odio que pudiera granjearse esta corporación, por los reclamos de esta naturaleza, como se ve que ha sucedido con el del hospital, creía por muy conveniente no hacerlos de un modo oficial, sino que la comisión o un individuo de ella se acercase al mayor general y exponiéndole lo ocurrida recabase una providencia cual corresponde del remedio del daño.
|
