Extractos de las Actas de Cabildo del Ayuntamiento de Toluca

Número de acta: 1046
Fecha:
7 de diciembre
Año: 
1841 
Ramo/Tema :
Comercio e Industria
Asunto :
Escasez de pan
Tipo de acta: 
Actas capitulares
Extracto:
El señor Santín hizo presente que: por su conducto, habían reclamado a los dueños de panadería a este ilustre corporación que en las circunstancias angustiadas en que se hallaban obligados a vender pan, cuando hacía mas de dos meses nadie quería vender trigo por la moneda que corría, obligados a cargarse de esta moneda cuando no se les ofrecía ninguna salida de la misma que ha había llegado el momento en que sus facultes no les permitían añadir nuevas pérdidas a las de los meses anteriores, se veían en la necesidad de avisar al ayuntamiento, que desde el día dos del actual el pan floreado de todas clases saldría con el peso de veinte onzas por un real, deseando que las faltas de trigo no los venga poner pronto en más dura precisión cada día, cuyo ocurso está firmado por Amado Bordier, Juan José González, Doña María de Jesús Cordero. El síndico procurador del común, les contestó que: había recibido su ocurso relativo a las bajas que pretendían hacer de las bajas de pan a que se comprometieron el día 15 de octubre, dar de abasto al vecindario, en lo que hubo un contento espontáneo voluntario y libre para no poderlo alterar en manera alguna, que este motivo y el no poder citar a cabildo extraordinario porque no había para ello la necesidad que exijan las nuevas Ordenanzas, por lo mismo les ordenaba que por ningún pretexto alterasen la postura de las 16 onzas de pan acondicionado y 46 onzas de pambazo en la misma conformidad, pues que los hacía responsables de cualquiera falta que se advirtiese en la disminución, entretanto podía dar cuenta en cabildo ordinario para que el ayuntamiento contestase lo conveniente. Que el día cuatro del mismo mes recibí directamente contestación de los mismos dueños de panadería que le significan ser una miseria la existencia de trigo n harinas que tenían al grado que no alcanzaba para abastecer al público ni una semana, y esta falta era debida a que los labradores que tenían trigos no sólo pedían muy caro por aquella semilla, sino que a más su valor lo querían en moneda mexicana y sobresaliente, que hoy no se encontraba bajo ningún aspecto de esta clase que para manifestar su buena disposición en favor del público pedían que por su conducto se les entreguen por semana cien cargas de trigo o harina por su mismo conducto en el ayuntamiento sin demora alguna satisfarían su importe en la moneda corriente que generalmente estaba circulando. Que dichas harinas o trigos serán repartidos en sus casas con proporción que de su laborío no contarían con un maravedí de utilidad porque estaban dispuestos a servir la negociación personalmente franqueando sus casas y todo ello sin interés alguno. Que con este hecho la autoridad dispondrá si la utilidad que resulta habrá de recaer en favor del pueblo consumidor, aumentando algunas onzas más o se hace algún acopio de ellas para reponer la mala moneda que indispensablemente recibe y ocasionar muchas pérdidas. Que estaba demostrado que los comerciantes del ramo tenían sobrada disposición para cooperar al bien público sin el más leve interés pero tampoco podían de otra manera remediar las necesidades presente porque sería arruinar sus miserables capitales y que con tal motivo la a autoridad tomará en consideración sus disposiciones y siendo de su aprobación quedarían obligados a cumplir la oferta que llevaban inserta. El síndico dijo que: con tal motivo tuvo la necesidad de ocurrir oficialmente al prefecto para manifestarle esta oferta, para que sirviera ordenar lo conveniente y pidió que se le diese lectura a la nota que le pasó: son tan lamentables las circunstancias a que este miserable vecindario ve ha reducido que causa compasión a los corazones más duros porque se advierten bandadas de infelices que con la moneda en la mano y sin escatimar precio lloran por no tener quien quiera venderles ni pan ni maíz para que socorran esta necesidad tan urgente y precisa. Los hacendados tienen sus trojes abastecidas de cantidades de maíz y sus graneros abundantes de trigos y ninguno de ello se mueve a socorrer la humanidad y todos son fríos espectadores de la plaga, sin que hay quien se muestre compasivo a remediar este mal tan común a su situación, temerosos de la crisis de la moneda de cobre que ha causado tan perniciosos efectos... El síndico solicita que sin excusa ni pretexto el prefecto autorice para que los labradores y todo vecino que tenga maíz y trigo franqueen lo necesario para que se provean los pobre de ambos artículos y para que el que se rehuse a ello se le estreche observancia y se le multe sus resistencia. Que el oficio lo puso el síndico en manos del prefecto para ser presentado al gobernador. 

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