Se pusieron de manifiesto los estados de nacidos y muertos por los meses de diciembre y enero. Cotejando los muertos de fiebre de uno y otro, resultó una corta diferencia igual el número de los muertos. Por tal motivo, el ayuntamiento estimó la existencia de una epidemia no estacionaria. Se acordó que: el presidente cuando lo tuviera a bien, podía reunir a la junta de sanidad para saber cómo opinaba y si era necesario tomar algunas providencias análogas para cortar los progresos del mal.}