En cabildo se observa que: el cabo de serenos no cumple estrictamente con sus obligaciones, pues se están perpetrando frecuentes robos en parajes notables, como en la calle del Maíz, en que debían respetar a los guardas serenos, de donde se extrajeron no sólo dinero y mercancías, sino hasta los barriles de pulque. Que, asimismo, robaron en los portales una alacena y que estas faltas eran sumamente reprensibles y dignas de castigarse, porque inducen cuando no malicia descuido y que para que este ramo esté atendido necesita el cabo de reconocerlo a caballo, y que en tal concepto se le notifique de que si insiste en su descuido se le depondrá.}