El señor Montiel dijo que: no es de extrañar lo sucio de las calles de la ciudad y los muladares de algunos de sus suburbios, ay que los dos carretones de basura apenas subsisten y no se dan abasto, por estar casi inutilizados. A lo cual agregó el señor González que: la tesorería no paga la limpieza ni con lo más indispensable, muchos menos alcanza para reparar los carros. El presidente, junto con los señores Arriaga, Barbosa y el síndico opinaron que: se debía facilitar lo necesario al señor González para que mande componer los carretones, pues estaba finalizando el año y eran indispensables.
Se aprobó.}