En cabildo se comenta que: al recibirse de Juan Molina el gas que entrega para el alumbrado nocturno de la ciudad, se había mandado pesar, previo el reconocimiento que se había del peso del bote en que se recibía, pero resultaba una falta de nueve libras por cada cuatro arrobas, que a veces se ministraba deshora y que al anochecer se estén cargando y encendiendo los faroles, que no entregue el número de arrobas, dando lugar a la poca duración de la luz o que el gas esté muy caliente o sucio, se sufre merma y se ocasiona el incendio de los faroles, o estarlos atizando con mucha frecuencia.}