Oficio del Director del ICLA al Ayuntamiento, en el que le recuerda que: el 24 de mayo de 1849, dicho director informó a la corporación municipal que en el Instituto Científico y Literario había escarlatina, anginas y calentura. En concepto del facultativo, las enfermedades proceden de los miasmas corrompidos que produce un muladar que se halla en el callejón que mirando del oriente a poniente está contiguo a los patios del instituto y en que se tiran caballos muertos. El director sugirió que el callejón es inútil, que debería cerrarse, porque aparte es inseguro para los niños que concurren de noche a las academias y para los catedráticos y aun los sirvientes domésticos debido a la reunión de hombres desconocidos que allí se abrigan y por los actos inmorales que se ejercen. Que el ICLA pagará el gasto para no gravar al ayuntamiento por la escasez de su fondo.}