El prefecto dice al Ayuntamiento que el general en jefe le pide que en el distrito se vigilen las casas de juego para que no acudan a ella los oficiales ni los cuerpos de tropa, especialmente a las casas llamadas -partida-. El presidente dijo: que para que pudieran tener efecto las providencias de persecución de semejantes casas de juego correspondía tomarlas a los alcaldes y regidores de cuartel que salen de ronda pero que no han salido ellas ni las de los auxiliares de noche, porque la plaza no ha dado la contra señal y éstos rehusan hacer el servicio, temerosos de experimentar desasosiegos y vejaciones}