El presidente expuso que el prefecto le había encargado muy particularmente que los dueños de casas de comercios que expedían licores embriagantes los estrecharen a que cierren sus tiendas precisamente en punto de las nueve de la noche para evitar los desórdenes y escándalos que cometen por las reuniones después de la hora indicada con menosprecio de las autoridades y que se estaba infringiendo el bando de policía, la infracción sería escarmentada con una multa pecuniaria al arbitrio de la autoridad.}